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Conocimos a Justin Gilbertson el 2009 en Santiago de Chile. Él es un vegano originario de la Isla de Vancouver, Canadá, y que por los últimos ocho años ha estado viajando por todo el mundo, sin dejar de lado su veganismo. Ha recorrido Asia, Europa, el continente americano, y Australia, promoviendo el veganismo, cocinando comida vegana y explorando.
1) ¿Desde cuándo has sido vegano y por qué te hiciste vegano?
Adopté una dieta vegana en el 2003 y durante los años siguientes adopté un estricto estilo de vida vegano (para mí hay una gran diferencia entre ambas cosas). Mi camino al veganismo fue muy diferente al de muchos. Nací y crecí en una gran granja de vacas y cerdos de 10.000 acres en las praderas del centro de Canadá. Crecí cerca de estos animales, amándolos, pero al final del día matando a estos mismos animales sin siquiera pensarlo dos veces. Lo que quiero decir, es que cuando uno crece en esas condiciones, en un ambiente rural, crees que es la norma, ¿verdad? Nunca se me aclaró hasta unos años más tarde.
Cuando fui a la universidad, mis ojos comenzaron a abrirse un poco, pero no fue hasta que comencé a viajar por el mundo que me eduqué más en el tema. Mi primer viaje por el mundo, por Australia y Asia, me llevó a conocer a varios activistas por los derechos animales con los que hablé mucho acerca de veganismo y derechos animales. Desde ese entonces, mientras más aprendía, más fácil se me hacía cambiar definitivamente.
Creo firmemente que una vez que uno comienza a aprender acerca de las verdades de la industria animal y ganadera, tiene que ser un tonto para no hacerse vegano.
2) En el período del 2008-2009 hiciste dedo desde Alaska hasta Santiago de Chile. En este año de viaje, ¿se te hizo muy difícil encontrar comida vegana en el camino?
Bueno, ¡en realidad me tomó 18 meses desde principio a fin! Ni una sola vez se me hizo difícil ser vegano en este viaje, o en cualquier otro viaje que he hecho, para ser honesto. Voy a hablar más de eso en las siguientes preguntas que me han hecho.
3) Cuando estás viajando, ¿por lo general te quedas en lugares donde puedes cocinar y preparar tus propias comidas? ¿O por lo general compras comida preparada y lista para ser consumida?
Casi nunca como afuera, a menos que esté en países en vías de desarrollo. Acabo de volver a mi casa esta semana de un viaje de siete meses por Europa y sólo comí fuera una vez. Sólo una vez y esto fue porque alguien me invitó. Además, casi nunca compro comida preparada, porque me parece poco nutritiva y, sobre todo, desabrida. Además, encuentro que el precio de comer afuera es simplemente ridículo. La mayoría de las comidas que mis amigos se dan el lujo de comer en restaurantes veganos cuestan lo mismo que una semana o más de mercadería para mí.
Me encanta cocinar. Me encanta buscar comida en los basureros de los supermercados y recogerla. Casi siempre puedo encontrar una manera de encontrar comida, si no, voy a los mercados y compro productos frescos para cocinar. Viajo con equipo de camping y una pequeña cocinilla, para cuando estoy al aire libre. Si no, cocino en la casa de mis huéspedes o simplemente como crudo.
Si estoy en países en vías de desarrollo como India, Laos o Bolivia, por mencionar algunos, me encanta salir a comer afuera, porque así apoyo a los habitantes y a su economía local, y vale mencionar que, por lo general, es muy barato.
4) En algunos países como Estados Unidos, Canadá o el Reino Unido, es más fácil encontrar comida vegana preparada, si lo comparamos con muchos otros países. ¿Te fue difícil encontrar comida vegana una vez que dejaste los países ricos de América del Norte y cruzaste desde Estados Unidos a México, y luego todo el camino hacia el sur hasta Chile y Argentina? ¿Es una diferencia muy drástica si comparas lo que comías en Canadá o Estados Unidos con lo que comías en América Latina?
La gente muchas veces equivocadamente cree que es tan difícil ser vegano y mantenerse sano afuera de los países desarrollados más ricos, pero simplemente no es verdad. Puede que sea el caso respecto a los alimentos preparados, como las carnes premium veganas, los quesos veganos, el pavo vegano Tofurkey, entre otros, pero para ser honesto, trato de no comer muchos de estos productos porque simplemente son basura procesada con especias. Cuando se trata de comida, comida de verdad, América del Norte está mucho más en desventaja si la comparamos con cualquier cosa que encontré en América Latina.
Cuando me llegó la hora de cruzar a México, y luego a América Central y del Sur, la comida era mucho mejor que en Canadá, o en Estados Unidos. Todas las frutas exóticas frescas y las verduras que ni siquiera podemos cultivar en Norteamérica. Las interminables variedades de legumbres que son una base en la dieta desde México y hacia el sur son increíbles. Me sentía tan bien de estar comiendo comida de tan buena calidad donde se cultivan todos estos alimentos. Podría vivir sólo de maíz y tacos de porotos en México y sería feliz.
Cada país que he visitado tiene alimentos veganos fáciles de encontrar. Cuando miras las bases alimenticias de casi todas las regiones del mundo siempre son veganas. Enormes variedades de arroz, algas y verduras en Asia. Tubérculos comestibles, frutas exóticas y una gran variedad de legumbres en América Latina. Una amplia variedad de comidas básicas veganas en India. Incluso, cuando miras al área de América del Norte y Europa, cada una tiene diferentes tipos de verduras, granos o legumbres como bases de sus dietas. Simplemente dejen afuera la carne y los lácteos, que de todas maneras no necesitamos.
Así que para responder tu pregunta, sí estaba comiendo drásticamente diferente. Vale decir, ¡estaba comiendo mejor y mucho más saludablemente de lo que puedo comer acá en América del Norte!
5) ¿Nos podrías decir dónde más has viajado?
Comencé a viajar en el 2002, con un viaje a Australia y Asia. Visité cinco países asiáticos así como también Australia y Nueva Zelanda. Se suponía que éste iba a ser un viaje de un año para poder disfrutar antes de volver para unirme a la vida de competencia corporativa, pero me quedé atrapado en el camino. Desde entonces he estado viajando y sólo hace un mes celebré ocho años en el camino cuando estaba en Malta.
Después de mi primer viaje, pasé tres años en Europa con una “base” en el norte de Escocia. He estado cuatro veces en el sureste asiático, mi país favorito de ahí es Laos. Pasé seis meses en el norte de India. Trabajé con unos cuantos grupos de derechos animales en Hawai y California por seis meses. Pasé dieciocho meses en mi viaje a dedo desde Alaska hasta Argentina. Además he viajado mucho por mi tierra natal, Canadá. Esta semana llegué a mi casa desde otro viaje a Europa, esta vez de siete meses donde pasé gran parte de mi tiempo haciendo dedo en Islandia, Escandinavia, Malta y España.
En un mes, voy a volver a México por seis semanas en un tour con mi buen amigo y su banda vegan straight edge XTRUENATUREX, ya que mi pareja y yo hemos dejado un mes para las fechas de la gira. También tengo planes de por fin ir al Medio Oriente y África a mediados del 2011 por una cantidad de tiempo no determinada.
(A modo de nota al pie, me gustaría hacerles saber que yo no soy una persona adinerada. De hecho se podría decir que soy lo opuesto, ya que soy un viajero de bajo (o cero) presupuesto. Sólo agrego esto porque la mayoría de la gente que conoce de mis viajes asume que esto sólo lo puede hacer la gente rica. Les aseguro que no es así. Es muy probable que si mensualmente pagan por los costos de tener un auto o incluso una cuenta de telefonía celular, yo vivo y viajo por menos dinero de lo que gastan en cualquiera de esas cosas. Todo se trata de cómo quieren vivir).
6) ¿Hay algún alimento en particular que recomendarías como una gran comida para viajar? Quizás tú, por lo general, te atiborras de ciertos alimentos o siempre mantienes un suministro de éstos en tu mochila en caso de que llegues a algún lugar donde no puedas encontrar comida vegana.
¡¡Mantequilla de maní!! Es lejos la mejor comida que se puede tener a la mano en cualquier momento y nunca me encontrarán sin ella. Es alta en calorías, proteínas, grasas esenciales, así como también otros nutrientes, ¡Y para qué mencionar que es riquísima! Siempre trato de viajar con una fruta o fruta seca duradera para cuando mi energía pueda bajar y necesite azúcar. También soy loco por el chocolate, así que es muy probable que tenga varias barras de chocolate negro en mi mochila. Si estoy mucho tiempo en el camino sin saber cuándo llegaré a mi próximo destino, llevo arroz o cuscús, junto con legumbres secas (las lentejas rojas partidas son lo mejor, porque se cocinan en unos minutos) para preparar en mi cocinilla. Además, por lo general tendré algo de pan para mi mantequilla de maní.
7) ¿Alguna vez se te hace difícil explicarle a la gente por qué no comes productos animales, especialmente cuando la gente no sabe lo que es el veganismo o puede que no entienda el concepto de veganismo?
¡Por supuesto! Sólo piensa lo difícil que es en América del Norte y Europa occidental, donde el veganismo es bastante común. Imagina tratar de explicar esto en culturas donde ni siquiera tienen una palabra para vegetariano, mucho menos para vegano. Trata de explicarle a un campesino pobre de un pueblo, sin un idioma en común, porqué no debería comerse a su pollo.
A decir verdad, la política alimentaria es un tema muy complicado y segmentado. He estado estudiando la política alimentaria intensamente por algunos años y he tenido que cambiar muchas de mis opiniones acerca de los derechos animales y el veganismo debido a este aprendizaje. En muchos lugares ni siquiera explico por qué, porque eso aportaría demasiadas variables a la discusión. Si me meto en un lío muy serio, simplemente digo que va en contra de mis principios, los que comparo con sus religiones. Esto generalmente funciona.
Recomiendo viajar con el Pasaporte Vegano o al menos aprender algunas frases acerca de tus hábitos alimenticios antes de partir. Puede facilitar la vida enormemente.
8) Te quedaste en Ecuador por un tiempo trabajando en una granja haciendo tu propio chocolate. ¿Nos podría contar acerca de esta experiencia? ¿Qué hiciste en la granja y cómo hacías el chocolate?
La granja se llamaba Sueños y les tengo que decir que ese lugar tenía el nombre correcto. No sólo pude cultivar y preparar el cacao para hacer chocolate, si no que además cultivamos nuestro propio maní para hacer mantequilla de maní, la que muchas veces combinaba para hacer chocolate de mantequilla de maní.
Fui a esa granja para aprender acerca del cacao, porque soy un ávido agricultor y también un ávido consumidor de chocolate. Aprendí e hice todo lo que tiene que ver con la producción del cacao. Plantamos semillas, cuidamos los árboles maduros aprendiendo acerca de qué es lo que necesitan y no necesitan para sobrevivir, recogimos las vainas de cacao y pasamos el largo proceso de fermentar, secar y preparar las semillas del interior. Después tostábamos las semillas y las hacíamos pasar por un molinillo viejo donde los aceites naturales las transformaban en una pasta con la que rápidamente teníamos que formar barras de cacao orgánico puro. Es un proceso muy largo pero fue tan maravilloso estar ahí esos meses y para qué decir engordador, porque podía usar todo el cacao que quisiera. Por lo general estaba en la cocina combinando cacao con la mantequilla de maní que también hacíamos ahí, cocos de los árboles, frutas cítricas y muchas más cosas. También cultivábamos docenas de otras comidas en el terreno de 14 hectáreas de selva tropical y fue uno de los lugares más mágicos donde he estado y he aprendido acerca de agricultura orgánica.
9) ¿Cuál es tu historia relacionada con el veganismo favorita (o una de tus favoritas) de todos tus viajes?
No es una historia muy feliz, pero la mayor cantidad de tiempo que he estado sin comida han sido 45 horas en el noreste de Laos. No estaba muy bien preparado con comida extra e iba a ir a una pequeña parte del país donde los turistas raramente van. Comí antes de salir y me fui en un camión que funcionaba como taxi y el primer viaje fue de doce horas entre bosques y montañas. Cuando llegamos a un pequeño pueblo había sólo una cocina sirviendo comida preparada y todo tenía mantequilla o pollo. Ni siquiera tenían arroz que me pudieran preparar y las galletas y papas fritas de la tienda no eran veganas. Me fui a dormir afuera con hambre. Nos fuimos a la mañana siguiente con más gente en el camión, y como todas eran mujeres (y pollos) los hombres tenían que irse colgando afuera del camión, pero considerando que mi nivel de energía estaba tan bajo, no me hizo ninguna gracia hacer esto por diez o doce horas. Seguimos subiendo lentamente las montañas y comenzó a ponerse helado, lo que me desgastó aún más. Nuestras siguientes dos paradas nos ofrecieron las mismas comidas de pollo, arroz con mantequilla, sopa de pescado y o bien no me podía comunicar efectivamente o no había nada disponible para mí. Por la segunda noche me fui a la cama sin comer, pero con alrededor de ocho tazas de té de hierbas en mi estómago. A la mañana siguiente me sentía terrible, pero sólo quedaban seis horas para nuestro destino y una vez más tuve que irme colgando desesperadamente de la parte trasera del camión. Finalmente llegamos y lo primero que hice fue dirigirme al restaurante que tenía algo de inglés en el letrero y ese día no hice nada más que comer y dormir. Puede que las comidas hayan sido simples platos de arroz con tubérculos locales y fruta, pero son las mejores comidas que he comido en mi vida.
La moraleja de esta historia es que hay que estar mucho más preparado de lo que yo estaba esos días. Aprendí una valiosa lección en esa ocasión y desde entonces siempre me he asegurado de estar preparado.
10) Como tú eres un muy buen cocinero, ¿cuál es tu plato favorito para preparar para amigos o desconocidos?
Me encanta hacer panqueques y batidos en la mañana o pizza para cualquier otro momento del día. Las pizzas son tan baratas y fáciles de hacer desde cero y rinden para alimentar a muchas personas. Los panqueques son muy canadienses, así que siempre me gusta hacerlos para la gente, ya que sólo se necesitan tres ingredientes para el batido básico y quedan tan buenos con diferentes agregados (¡mantequilla de maní para mí o miel de maple cuando estoy en Canadá!). Por último, considerando que muchas veces busco comida en la basura, me encanta preparar diferentes sopas o curries con las verduras que encuentro. Supongo que la crema de pimentones rojos asados es mi favorita.
Mi consejo es que hay que mantener las cosas simples, un plato no debe tener doce ingredientes y especias exóticas para saber bien, ¡Dejen que los ingredientes simples tengan el sabor que deben tener y disfrútenlos!
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